Hey, ¿qué haces? (Segunda parte)


Entonces el le continúa haciendo preguntas . . .
- ¿Qué te pasó? -preguntó el-.
- A mi nada -ella contestó-.
- ¿Y entonces?, ¿a quién si? -pregunta el con insistencia-.
- No, pues que yo sepa, a nadie. Es solo un sentimiento que me surgió, acompañado de unos nervios en la panza, y me viniste a la mente -le contestó inmediatamente-.

Y luego de una pausa de dos minutos. El le confiesa.
- Pues si pasó algo, tenía una oleada de tristeza justo ocho o diez minutos antes de que me escribieras, sentía como mi corazón se aplastaba. Pero me saqué rápidamente de allí, y después me sentí contento.
- Justo entró tu mensaje cuando recuperé la cordura.

Dibujó una cara con ojos húmedos, y le puso...

- Te quiero mucho hombrecito -contestó ella-.

Deja un comentario

Diseña un sitio como este con WordPress.com
Comenzar